Para celebrar mi último día de clases del semestre decidí ir a tardear a un bar de Bogotá. Inicialmente iba a ir a un restaurante pero encontré un plan aún mejor en Chelsea Bar. Este fantástico lugar queda en la terraza del último piso en el hotel Bioxury. Convencí a mi novio, pues la siguiente combinación me atrajo: tarde+terraza+ tragos
Estábamos terriblemente cansados de trasnochar y el sitio nos pareció ideal para descansar de todo y de nada. Al lado de la tienda Cachivaches, en la 83 con 9 está el hotel Bioxury donde nos recibieron con una amable sonrisa a la entrada. Subimos a este lugar y fue encantador, atravezamos la parte cubierta para aquellos friolentos y escogimos una mesa en la terraza en donde se veía Bogota en todo su esplendor. Una ciudad hermosa: a la izquierda unas montañas verdes cubiertas por una neblina densa y a la derecha la ciudad encendida preparándose para la noche. Había tantas nubes que el cielo reflejaba las luces de la ciudad y se veía blanco con fondo azul marino.
Nos trajeron la carta en una tablet algo que me pareció fenomenal y una buena alternativa para el gasto de papel. La mesera nos recomendó la especialidad de la casa: tea tonics, una mezcla de tés de diferentes sabores con ginebra. Yo pedí el tea tonic citrico y Diego pidió el de naranja. Llegaron unos tragos de buen tamaño que estaban muy ricos, no estaban ni fuertes ni ácidos. Pregunté qué ginebra usaban y me dijeron que Bulldog lo cual no me pareció nada mal. Recostados en el sofá disfrutamos nuestros tea tonics y una tarde-noche muy fresca y agradable. La música me pareció perfecta para el día pero de esto no les hablaré mucho porque poco sé. Sólo puedo decirles que el ambiente me pareció ideal para una tarde de viernes acompañada de mi novio y un cansancio acumulado de una semana de arduo trabajo.
Cuando se acabaron los cocktails pedimos una entradita que me desilusionó muchísimo. Hay que aclarar que el bar no ofrece comida, sin embargo, tienen un convenio con el restaurante del hotel. Este restaurante llamado Mistral, de los mismos dueños de Mr. Ribs, Simón Vigoda y Max Zalta. Pedimos unas papas con champiñones, tocineta y queso pero nos llegaron unas papas cortadas a la mitad un poco ahondadas y cubiertas con queso. Unas estaban rellenas con tocineta, otras con champiñones y otras simplemente no estaban rellenas. Esto no era precisamente lo que decía la carta y por ende lo que estábamos esperando. Además, la entrada venía acompañada de una salsa o algo más bien parecido a una crema estilo ranch con ajo que, a pesar de ser rica, no combinaba con las papas. Con esto tuvimos suficiente para decidir que ahí no queríamos tomar nuestro plato fuerte. Nos inclinamos por algo más bien chatarroso y ya les contaré a donde fuimos a dar.
Pedimos una segunda ronda de tragos pero esta vez Diego pidió un Martini y yo pedí un Gin & Tonic con Bulldog. La segunda ronda estuvo bien pero definitivamente me quedo con la primera. La diferencia fue la originalidad. A decir verdad me gusta más como yo hago mis Gins y a pesar de que este no era malo el tea tonic me pareció diferente y mucho más rico que cualquier otra cosa de la carta. El Martini que pidió Diego estaba según su descripción poco fuerte pero bien.
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El hambre empezó a hacer presión y gracias a la aplicación Foodspotting, un app que muestra fotos de platos en restaurantes cercanos, encontramos algo que se veía prometedor. No les digo prometedor al estilo Criterión sino algo más informal. Encontramos la Xarcutería. Sabíamos que allá íbamos a terminar pero decidimos dar una vuelta por la T y la 85, aún así terminamos en donde habíamos empezado. Entramos a este lugar en la carrera 15 con 83 y es literalmente un chuzito acogedor. Las mesas son en madera y la carta es bastante corta, no obstante, no sabíamos qué escoger. Finalmente yo me pedí lo que había visto en la foto de la aplicación: el pulled pork sandwich y Diego pidió una salchicha artesanal a la cerveza cubierta con cebolla refrita. Para acompañar nuestros platos pedimos papas fritas con salsa brava y más cebolla frita. Todo estaba muy rico pero a mí me gustó más mi plato. Era un sándwich con manzana verde, cerdo desmechado y ahumado con un pan delicioso. En general es un buen lugar de comidas rápidas, la atención fue buena y esto sí era cero costoso.
Como siempre, terminaré hablándoles de precios:
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En Chelsea Bar los cocktails oscilan entre 25 y 30, mejor dicho los tea-tonics valen 30COP y el resto de los tragos puede variar pero está alrededor de 25COP. En la Xarcutería los precios de las salchichas, que en verdad son perros calientes un poco gourmet, y los sándwiches están entre 15 COP Y 20 COP con acompañamiento. Vale la pena aclarar que lo que viene con los sándwiches es adicional y uno lo puede escoger. Si no quieren papitas o este tipo de cosas resten 4 mil pesos al promedio entre 15 y 20 mil. Este plan lo recomiendo para una noche casual en la cual no quieran reservar ni arreglarse para salir a comer.
Aquí les dejo los links de Chelsea Bar y de la Xarcuteria:
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