Oma, es una marca conocida por vender café y por sus diversas cafeterías en el país, lo que pocos saben es que además, tiene varios restaurantes. Al principio esta idea de Oma como un lugar donde se puede comer algo con todas las de la ley me parecía descabellada puesto que para mi era un sitio de pastelitos, cafés y si mucho sandwiches. Sin embargo, pronto descubrí que tiene mucho más que ofrecer. Desde una variada oferta de comida, desayunos y
hasta un happy hour de cócteles y comida, tuve una noche de agradables sorpresas entre las que descubrí una nueva faceta de Oma como, además, un sitio amigable para estudiar fuera de casa.
hasta un happy hour de cócteles y comida, tuve una noche de agradables sorpresas entre las que descubrí una nueva faceta de Oma como, además, un sitio amigable para estudiar fuera de casa.
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Llegamos y todas las meseras nos saludaron amablemente. Nos demoramos en escoger lugar ya que el sitio es bastante grande y se puede escoger entre: una mesa de restaurante normal, sillones con mesa de patas cortas o sentarse en la terraza. De acuerdo a nustras necesidades nos decidimos por la típica mesa de restaurante, entre otras para no quedarnos dormidos en el sofá. Así, empezamos a trabajar aprovechando otra genialidad del Oma: el wi-fi. Es como tener todas las herramientas de mi cuarto pero en un lugar mejor!
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La picada venía con camarones, calamares, y cubos de pescado; todo esto era apanado. Algo que debo restaltar es que el plato no estaba grasoso, venía acompañado por una ensaladita muy rica y esos cubos estaban deliciosos. Ahora, mirando en retrospectiva pediría un plato con solo cubos de pescado. Un punto a favor es que los sabores estaban cero mariscosos, sabor que detesto. Por el lado negativo, la salsa tartara sabía mucho a mayonesa sabía como a salsa pre-hecha marca La Constancia. La ensaladita tenía una salsa sabor a miel mostaza un poco reducida en agua.
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El arroz venía con raíces chinas, ajonjolí, diferentes verduras como: zuchinni, zanahoria, pimentón y cebolla. Como parte protéica había carne, pollo y camarones. La verdad es que decir camarones me suena a manada porque solo había 4 pequeños camarones y había más pollo que carne. Las verduras estaban crujientes, los 4 camarones y el pollo estaban bien pero la carne un poco cauchuda. En general el plato estaba pasado de aceite pero, por otro lado, su tamaño era astronómico, algo que siempre valoro porque vivo con hambre. Si me dejan hacerles una confesión me sobró la mitad y me lo llevé a mi casa para matarlo al otro día.
Antes de despedirme y cerrar esta entrada, quiero darles una palabra que en mi opinión describe a Oma: versatilidad. Es un lugar rico, no muy caro y con una carta amplia que se adapta a muchas necesidades y planes. En él se ven desde amigos charlando con un café hasta empresarios en su hora de almuerzo, pasando por estudiantes trabajando juiciosamente en sus tareas. Los precios oscilan entre 15000-25000 para un plato fuerte y 5000-15000 para las entradas, pero estos se hacen mucho más atractivos en happy hour. De verdad les recomiendo que se peguen el viaje, Oma es un plan dominguero, es un plan para estudiar, es un plan para relajarse y lo más importante para sentirse espectacularmente bien atendido (si no van a estudiar les recomiendo sentarse en los sofás son deli).
primera, tercera y cuarta foto tomada de: http://173.254.122.220/productos/
segunda foto tomada de: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB1V4j2kEqASzuPDSZko3urkCDn2-BY-TVVGWmyBHQBuq4-DJJ6pPTyXCb-18XRpz62UaYvOTljegHw2hh_7qqyRiGVcqiQkr7D21mByhCv8OFOafbZfvQAooBsUgZnzAtbh6vk-Pv1_E/s320/IMG_0461.JPG